Aquellas salidas que merecen repetirse de lo buenas que
estuvieron. Esa noche que marca un antes y un después en tu historia. Esa
anécdota increíble en la que hubieron tantos sentimientos encontrados que no
sabés cómo expresarla ni definirla. Adrenalina, emoción, sorpresa, alegría,
miedo. Todo junto en una sola historia. Pensá en esa vez que fuiste tan feliz y
la pasaste tan bien, imaginate poder cerrar los ojos y volver a ese momento y
haber actuado de la misma forma porque fue tan genial que no podría haber
salido mejor (aunque, capaz, sabiendo lo que va a pasar, está bueno cambiar
algo mínimo para que sea aún mejor si es que se puede). Esas vueltas de la vida
que te hacen llevar a donde menos lo imaginás y terminar en el lugar menos
pensado, con la persona menos esperada.
Lo mejor de todo esto, es el momento en el que les tenés que contar a tus amigas que están ahí expectantes a la espera de nuevos detalles que nunca se podrían imaginar.
Démosle replay a esa noche, a esa historia, a ese encuentro y que se pueda repetir alguna vez, aunque ya no vuelva a tener la misma gracia.
Lo mejor de todo esto, es el momento en el que les tenés que contar a tus amigas que están ahí expectantes a la espera de nuevos detalles que nunca se podrían imaginar.
Démosle replay a esa noche, a esa historia, a ese encuentro y que se pueda repetir alguna vez, aunque ya no vuelva a tener la misma gracia.
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