jueves, 19 de septiembre de 2013

El recuerdo, la nostalgia, la melancolía…añorar, recordar, soñar, memorizar.
Pocas sensaciones son tan fuertes como aquella que tenés cuando una imagen, un sonido o un olor nos traen una vivencia del pasado. Esa vivencia sigue viva, intacta, esperando cada momento para que la volvamos a recordar.
Por más que quieras o no, inconscientemente ese recuerdo te va a venir a la mente.
Fijate que es muy a pesar tuyo, por más que te esfuerces por olvidar algo porque cada vez que te acordás te hace mal, la memoria nos juega una mala pasada y vuelve a poner en tu mente aquel recuerdo que tanto daño te hace. Eso ocurre porque el recuerdo nos está reclamando algo, nos está pidiendo a gritos que saquemos cosas buenas de eso, que recuperemos ese tiempo perdido.
Todos los errores del pasado, del presente, las equivocaciones, los esquivos, las mentiras, las traciones, todo sirve de guía que nos marca un camino correcto por el cual ir para no tropezar de nuevo con la misma piedra y mandarnos cagas de nuevo.
Siempre ignoramos esas cosas que nos hacen recordar el pasado, ese es el error. Si dejáramos de ignorar las señales y lo que nos quiere decir la nostalgia, nos vamos a dar cuenta de que nos traen mensajes para ser cada día un poquito más felices.
El tiempo perdido se hizo para recuperarlo. El tiempo perdido quiere ser encontrado. Gracias a él nos podemos reinventar una y otra vez sin cansancio hasta por fin alcanzar el verdadero ‘nosotros’. 
Si algo se nos presenta sin parar una y otra vez, es porque nunca se fue. El pasado no es pasado, es tiempo perdido que quiere ser recuperado. Y como dice la canción de las Pastillas…
Si para recobrar lo recobrado, fue necesario perder lo perdido. 
Si para conseguir lo conseguido, tuve que soportar lo soportado. 
Si para estar ahora enamorado, fue mi inhester haber estado herido. 
Tengo por bien sufrido lo sufrido, tengo por bien llorado lo llorado 
Porque después de todo he comprobado, que no se goza bien de lo gozado, sino después de haberlo padecido. 
Porque después de todo he comprendido, que lo que el árbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado

No hay comentarios:

Publicar un comentario